Inauguro una nueva sección en el blog, dedicada a las críticas o (mejor dicho) recomendaciones literarias. Lo hago comentando el que es mi segundo libro de cabecera despues del Señor de los Anillos de Tolkien. Mientras que el segundo me maravilló en la adolescencia, el segundo me sirvió para tener una visión lúcida del mundo en la madurez. Y es que, considero a Sinuhé El Egipcio un libro portentoso y a su protagonista un fiel reflejo de mi propia visión de las cosas.
Sinuhé es un médico egipcio que en la época de los faraones recorre el mundo acompañado por su fiel criado, cual Don Quijote y Sancho Panza. A través de su vida y aventuras el autor nos ilustra sobre la condición humana y todo lo que esta tiene de honorable y despreciable. Sinuhé es un hombre que vive en la antigüedad pero lo que cuenta está de rabiosa actualidad en nuestros días y es que, cómo él, pienso que no hay nada nuevo bajo el sol y que todo lo que se ha escrito, se escribe y se escribirá, se ha hecho para los dioses y para los hombres. De la mano de este personaje que contra todo pronóstico sigue confiando en el hombre con los ojos llenos de lágrimas rabiosas, asistimos a su feliz e inocente niñez, a su adolescencia atolondrada y franca en la que abre su mirada y recibe los primeros grandes golpes, a su madurez ávida de conocimientos y a su declive amargo y sobre todo, a su índomable y entrañable creencia en una humanidad mejor, una triste utopía que hace su vida mucho más díficil. No esta exento de defectos nuestro protagonista, sin embargo, ya que Sinuhé es un hombre como los demás.
Recomiendo o si lo preferís, os imploro, que adquirais este magnífico libro e intenteis sacar de el (al igual que hice yo) mientras disfrutais de su lectura, importantes lecciones vitales, que es lo que, al fin y al cabo pienso que intentó waltari en este libro.
Sinuhé es un médico egipcio que en la época de los faraones recorre el mundo acompañado por su fiel criado, cual Don Quijote y Sancho Panza. A través de su vida y aventuras el autor nos ilustra sobre la condición humana y todo lo que esta tiene de honorable y despreciable. Sinuhé es un hombre que vive en la antigüedad pero lo que cuenta está de rabiosa actualidad en nuestros días y es que, cómo él, pienso que no hay nada nuevo bajo el sol y que todo lo que se ha escrito, se escribe y se escribirá, se ha hecho para los dioses y para los hombres. De la mano de este personaje que contra todo pronóstico sigue confiando en el hombre con los ojos llenos de lágrimas rabiosas, asistimos a su feliz e inocente niñez, a su adolescencia atolondrada y franca en la que abre su mirada y recibe los primeros grandes golpes, a su madurez ávida de conocimientos y a su declive amargo y sobre todo, a su índomable y entrañable creencia en una humanidad mejor, una triste utopía que hace su vida mucho más díficil. No esta exento de defectos nuestro protagonista, sin embargo, ya que Sinuhé es un hombre como los demás.
Recomiendo o si lo preferís, os imploro, que adquirais este magnífico libro e intenteis sacar de el (al igual que hice yo) mientras disfrutais de su lectura, importantes lecciones vitales, que es lo que, al fin y al cabo pienso que intentó waltari en este libro.
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