domingo, 31 de agosto de 2008

Off topic: he vuelto.

Despues de un mes de vacaciones (creo que es la primera vez en mi vida que me entrego tanto tiempo a los placeres veraniegos), regreso a los calurosos espacios de la capital para retomar mi aburrida vida. Si, queridos lectores, aburrida y bastante desaprovechada, me temo. Y es que, este Agosto ha supuesto en parte, un punto de inflexión en mi manera de ver las cosas y en como las afronto.

En realidad no ha ocurrido nada extraordinario (desafortunadamente no hay nada extraordinario, a no ser que nosotros mismos lo hagamos posible), pero si pequeñas cosas que me han hecho recapacitar profundamente.

Uno de los temas pendientes, que siempre han rondado por mi mente, es el del deporte. Siempre fuí un niño inclinado a la lectura y el juego intelectual, de manera que el ejercicio físico siempre estuvo en un segundo plano, algo que fué así durante muchos años. Ya terminado el instituto, cuando tenia alrededor de 23 o 24 años, entrené durante un año con unos amigos y comenzé a disfrutar de los placeres del deporte y el bienestar que proporciona, pero no tardé en ser vencido por mi némesis: la inconstancia. Así que paulatinamente, mis carreras fueron menos frecuentes hasta que dejé de hacer deporte por completo. Al mismo tiempo, mi tabaquismo no hacía más que aumentar, hasta el punto de fumar paquete y medio diario de Marlboro. Esto ha sido así hasta que hace ya más de tres años, dejé de fumar, con gran inteliencía por mi parte, y retomé mis hábitos deportivos, apuntandome a un gimnasio.

Pero mi némesis, la inconstancia y una serie de problemas lumbares, me han impedido abrazar el deporte con contundencia, pensando en ocasiones que es tarde para ciertas cosas, sino se han hecho antes.

A finales de Agosto, invitado por una amiga, he estado en Euskadi, concretamente en la localidad de Zarautz (Guipuzkoa). Es curioso la cantidad de gente que hace deporte que puedes ver allí por las mañanas. La legión de surfistas, críos en monopatín, gente haciendo footing o andando, jugando al baloncesto o al voilebol de todas las edades que puedes ver allí es poco menos que sorprendente. Mención aparte merece mi primer contacto con el surf, que podríamos calificar de fracaso total con pizcas de autohumillación, todo ello mezclado con un ridículo espantoso. Pero un día me vengaré del mar. Lo juro.

Todo esto ha desembocado en mi decisión de abandonar el gimnasio al que voy, para apuntarme mañana mismo al polideportivo del barrio. Combinaré un entrenamiento de footing con libro especializado de por medio (llevo tres días con muy buenos resultados), natación para mejorar mis problemas de espalda (esta tarde mismo voy a comprarme bañador pijainas y gorrito) y sesiones de musculación por grupos de músculos (tambien con libro especializado de por medio, por cierto excelente). Por mis santos cojones que no me voy a sentir nunca más torpe y lento.

En otro orden de cosas, es el momento de acabar con el proyecto de mi cortometraje, ese que no acaba nunca. Es hora de demostrarme a mi mismo y a los demás, que no soy un fraude.

martes, 12 de agosto de 2008

Críticas de cine: "Wall-E" de Andrew Stanton

TITULO ORIGINAL: Wall-E
AÑO: 2008
DURACIÓN: 103 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Andrew Stanton
GUIÓN: Andrew Stanton
MÚSICA: Thomas Newman
PRODUCTORA: Walt Disney Pictures / Pixar Animation Studios
WEB OFICIAL: http://www.disney.es/FilmesDisney/Wall-E/

Valoración: 8.
Aunque la calidad gráfica y el despliegue técnico de las películas de Pixar puede estar al alcance de otros estudios de animación en el mundo, sus peliculas destacan sobre el resto por diversas razones, relacionadas con la calidad de sus guiones, la forma de trabajar de sus equipos y directores, bajo una política de compromiso y libertad creativa muy especial y, sobre todo, por ser la heredera de toda la sabiduría de décadas de animación tradicional que ha atesorado la Disney y que Pixar ha integrado totalmente en la era digital, de manera que, en mi opinión, la producción animada de esta pequeña empresa creada por el imperio Lucas en 1979, en sus inicios practicamente un laboritorio experimental de imagenes generadas por ordenador, son de lo mejorcito que en estos últimos años puede uno ver al cine.

Tomando un bañito de sol.

Wall-E es un pequeño robot que lleva 700 años limpiando un planeta tierra yermo, deshabitado y cubierto de basura. Pero un día se topa con Eve, una robot de sinuosas formas y gráciles movimientos que conquistará su corazón y hará que las cosas ya nunca vuelvan a ser como antes.

Lo más extraordinario de esta película es sin duda el personaje de Wall-E. En Pixar saben muy bien como dotar de sentimientos a personajes inanimados (como muestra ahi tenéis la mascota de la compañía, la lámpara de su logo y que como muchos recordareis es la protagonista de uno de los primeros cortos del estudio), pero no deja de ser un pequeño milagro la manera en la que los animadores y diseñadores del personaje han conseguido hacer de wall-E un personaje para no olvidar. Verle moverse, interaccionar con el entorno y gesticular con las lentes de sus ojos y el movimiento de enfoque de las mismas, verle temblar cuando tiene miedo, como se mueve por el planeta, observarle en su guarida inmerso en su tutina diaria, ver la inmensa ternura de su corazón. Es increíble. Cuánto talento hay en Pixar.

Poniendolo todo perdido.

Es evidente que el personaje de este robot barrendero bebe de las fuentes del cine mudo de siempre, es un Harold Lloyd proyectado en el futuro. Con sencillez y perseverancia, vence todos los obstáculos que se le ponen por delante sin decir una palabra (o practicamente ninguna), regalandonos una primera media hora de película francamente espléndida.

Además, el personaje principal es el detonante de todos los acontecimientos posteriores, el catalizador de las acciones de todos y cada uno de los que irán apareciendo en los minutos posteriores, ya sean robóticos o humanos. Wall-E despierta con su atolondrado comportamiento alterado por las hormonas ciberneticas del amor a todos los que se encuentra a su paso, ya sean humanos o robots y a través de sus acciones (generalmente involuntarias), hace avanzar la acción.

Se ha comentado que a partir de los treinta minutos la película decae, pero esto no es así de ningún modo en mi opinión. Como ya ocurriera en la grandiosa Ratatouille, en la que el canto a la superación personal y el talento se mezclaba con la denuncia contra los prejuicios, hay dos premisas que gobiernan la película: el amor y la ecologia que el acomodamiento al que parece tender la humanidad en los últimos años maltrata sin parar. No se ustedes, pero el futuro dibujado en la pelicula no me resulta en absoluto descabellado y, además, se solapa suavemente con la trama de Wall-E.

Los robots, son los verdaderos protagonistas de la cinta.

En definitiva, una película muy recomendable para todas las edades, donde Pixar vuelve a salirse con la suya, aun cuando en un principio y dada la limitada locución de los protagonistas principales podría pensarse que era una apuesta arriesgada.

viernes, 1 de agosto de 2008

Off topic: me voy de vacaciones.

Si, queridos lectores míos, me marcho a pasar unos días con la familia y no regresaré hasta finales de Agosto. La playa, las siestas, las juergas nocturnas, el pescaito frito y la luz de mi Ceuta natal me esperan.

Me he propuesto pasar unas vacaciones mucho más activas que el año pasado, así que continuaré con el footing, aprovecharé para hacer natación (que me vendrá de perlas para la espalda) y aunque me llevaré el portatil y no descartó postear alguna cosa suelta (posiblemente mi crítica sobre The Dark Knight), me gustaría desconectar del silicio durante unos cuantos días. Además, este año espero visitar Euskadi como colofón vacacional, que me han invitado a la bonita villa de Zarautz. Poco más queda por decir: hasta la vuelta y que tengaís todos un feliz Agosto.

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