Cuando Tim Burton trabajaba en la Disney, haciendo fondos para el largometraje Taran y El Caldero Mágico, basada en El libro de los tres de Alexander Lloyd (libro que por cierto recomiendo encarecidamente), tenía mucho tiempo libre, ya que por entonces la empresa caminaba como pollo sin cabeza con amenazas de cierre, hasta que años despues renaciera de sus cenizas con La Sirenita, ya con Burton fuera de la plantilla.
Aprovechando por tanto esos ratos de alegre desocupación, el bueno de Tim realizó este Vincent, un cortometraje de animación stop-motion realmente talentoso, basado en un poema de su autoría, a la manera de los de Edgar Allan Poe (del que por cierto está preparando un bio-pic, nada más y nada menos que Silvester Stallone), introduciendo en este temprano proyecto todo el universo y la imaginería particular de este gran cineasta. Con la colaboración de la imponente voz del gran Vincent Price, el corto le abrió las puertas de la que hasta ahora ha sido su exitosa carrera. Más tarde vendrían el corto de imagen real Frankenweenie (parte 1, parte 2 y parte 3 en el tubo) y por fin, su primer largo, La gran aventura de Pee wee Herman. El propio Tim Burton cuenta que le resultó muy fácil abrirse paso en hollywood.
Comprobaran los lectores a la vista del corto que hay mucho de él en Pesadilla antes de Navidad y La novia cadaver, más allá de que mucha gente considere que Burton es el verdadero artífice de ambas, aunque sólo figure como productor en los créditos.
Aprovechando por tanto esos ratos de alegre desocupación, el bueno de Tim realizó este Vincent, un cortometraje de animación stop-motion realmente talentoso, basado en un poema de su autoría, a la manera de los de Edgar Allan Poe (del que por cierto está preparando un bio-pic, nada más y nada menos que Silvester Stallone), introduciendo en este temprano proyecto todo el universo y la imaginería particular de este gran cineasta. Con la colaboración de la imponente voz del gran Vincent Price, el corto le abrió las puertas de la que hasta ahora ha sido su exitosa carrera. Más tarde vendrían el corto de imagen real Frankenweenie (parte 1, parte 2 y parte 3 en el tubo) y por fin, su primer largo, La gran aventura de Pee wee Herman. El propio Tim Burton cuenta que le resultó muy fácil abrirse paso en hollywood.
Comprobaran los lectores a la vista del corto que hay mucho de él en Pesadilla antes de Navidad y La novia cadaver, más allá de que mucha gente considere que Burton es el verdadero artífice de ambas, aunque sólo figure como productor en los créditos.
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