Muchos habréis visto la película protagonizada por Will Smith del mismo título, unos cuantos "El último hombre vivo" (The Omega man, 1971) con el recientemente fallecido Charlton Heston y muy pocos (yo incluido) "El último hombre sobre la tierra" ("The last man on earth", 1964) protagonizada por Vincent Price.
Al margen de que ninguna de ellas logra llevar el espíritu de la novela a la gran pantalla, es sorprendente que un libro de terror como este haya generado nada menos que tres adaptaciones cinematográficas en los últimos cuarenta años lo que, doy fe, demuestra indirectamente la calidad de la narración de Richard Matheson.
Hijo de inmigrantes noruegos, nació en Nueva Jersey el 20 de Febrero de 1926, creció en Brooklyn y tras cumplir su servicio militar en la Segunda Guerra Mundial, se gradua en periodismo por la universidad de Missouri y en 1951 se traslada a California, donde comienza a escribir relatos pulp en la revista Magazine of Fantasy and Science Fiction a principios de los años cincuenta. En 1954 se publica "Soy Leyenda", en 1957 se adapta su novela "El hombre menguante" para el cine, en la clásica película de Jack Arnold "The incredible Shrinking Man" y no acaban aqui sus relaciones con el cine, ya que suyos son varios capitulos de la serie de televisión The Twilight Zone y el relato corto en la que está basada la opera prima de Steven Spielberg "El Diablo sobre ruedas" (Duel, 1971).
"Soy leyenda", narra las vicisitudes de Robert Neville, el último superviviente de un mundo muerto, donde todos los habitantes menos él, se han convertido en vampiros sedientos de sangre a causa de una guerra bacteriológica. Narrada con mucho brío, energía y brillantez, la novela penetra sobre todo en los pensamientos de Neville y como éste se enfrenta a la soledad, al horror que acecha en las calles cada noche y como se debate entre la locura y la esperanza.
Es interesante, que el autor abandone por momentos el relato de terror para adentrarse por fronteras filosóficas muy interesantes que no desentonan y se conviertan de improviso en una suerte de ensayo sobre el temor a lo desconocido, la ignorancia sobre el que es distinto a nosotros y que nos lleva a odiarlo y a aniquilarlo, parábola del racismo y otros males frutos de la ignorancia entre semejantes. De esta manera, llega un momento en el libro en que el conocimiento y la comprensión permiten a Neville dejar de detestar a los vampiros y a apiadarse de ellos y de si mismo.
De lectura más que fácil, es un libro que deberiais de adquirir y disfrutar en cuanto tengais ocasión. Ah y olvidaros de las películas, no le hacen sombra.
4 comentarios:
Cierto, un libro genial, cuando empiezas no puedes parar, y tienes que ventilarte las ciento y poco paginas del tiron, la reflexion final de Neville; brutal.
Es lo que tienen los buenos libros, que te los lees enseguida. En mi caso en un par de noches esta pasada semana santa, despues de venir de farra. Ni los residuos del alcohol me impidieron disfrutar de este estupenddo libro.
Me encantó el libro, aunque ya no me acuerdo demasiado de él. Pero sin duda lo que más me gustó, y que no refleja ninguna de sus adaptaciones literarias, es la profunda sensación de soledad, no sólo física, sino espiritual, con Robert Neville razonando a fuerza de aislamiento cada aspecto de sus contrapuestos (me niego a llamarles enemigos, a pesar de su sadismo, llamándole por las noches).
Y el final es otro de los detalles que nunca salen en las películas, y que eleva un poco más esta novela.
Grande, muy grande.
El libro tiene tantos matices que las diferentes adaptaciones (voy a tener que hacerme con la película interpretada por Vincent Price para cerrar el circulo) cojen lo que les interesa y desechan lo demás.
Respecto al final, tengo que confesar que me sorprendió y confundió, teniéndolo por poco acorde con el resto de la novela, hasta que me dí cuenta de que lo comparaba con el final de las películas. Ahora afirmo que es un libro redondo.
Saludos y gracias por pasarte por el blog.
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