TÍTULO ORIGINAL: Solomon Kane
AÑO: 2009
DURACIÓN: 104 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: Michael J. Bassett
GUIÓN: Michael J. Bassett (Personajes: Robert E. Howard)
MÚSICA: Klaus Badelt
FOTOGRAFÍA: Dan Laustsen
REPARTO: James Purefoy, Max Von Sydow, Pete Postlethwaite, Rachel Hurd-Wood, Alice Krige, Mackenzie Crook, Ryan James, Kenny Mitchell, Stewart Moore, Mark O'Neal
PRODUCTORA: Coproducción Reino Unido-Francia-República Checa; Davis-Films / International Production Company / Wandering Star Pictures
WEB OFICIAL: http://www.solomonkane.comValoración: 6.La literatura pulp tuvo su mayor apogeo en los Estados Unidos, allá por las décadas de los años 30, 40 y 50, en revistas tan míticas como Weird Tales, Amazing Stories o Black Mask, que gozaron de un gran tirón popular. Autores tan conocidos como H. P. Lovecraft, Robert Bloch, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard o L. Ron Hubbard, narraron en ellas historias detectivescas, westerns, relatos de ciencia ficción o de fantasía heroíca, género este último en el que Robert E. Howard demostró un talento muy particular. Narrador sin par y casi un erudito en historia antigua, de su pluma han surgido héroes mundialmente conocidos como Conan de Cimmeria, Sonja La Ronja o el picto Bran Mak Morn, entre muchos otros. Solomon Kane, un puritano espadachín del siglo XVI, es uno de los menos conocidos del genio de Texas, ahora adaptado para el cine por Michael J. Bassett, lamentablemente con no muy buena fortuna.
Solomon Kane, tras toparse con un esbirro del diablo, da por término a sus fechorías como corsario en tierras africanas y se recluye por propia voluntad en un monasterio, entregándose a una vida contemplativa en la que poder expiar sus inumerables pecados. Tras verse obligado a abandonar su retiro espiritual por la misma iglesia, decide volver a las tierras de su padre, al condado de Devonshire en el sudoeste de Inglaterra. Los parajes de su niñez se hallan ahora bajo el terror de un misterioso hechicero llamado Machali.
Exceptuando la primera entrega de Conan, aquella muy digna cinta dirigida por John Milius y producida por Dino de Laurentis, en la que un jovencito Arnold Schwarzenegger daba espadazos al ritmo de la prodigiosa banda sonora compuesta por Basil Poledouris, a Robert E. Howard nunca le ha ido bien con el invento de los hermanos Lumiere. Esta no es la excepción, por dos poderosas razones: la pésima en mi opinión, dirección artística y lo pobre del guión.
Uno de los encantos del personaje, que Howard supo manejar sobre el papel, fué siempre lo brumoso de su pasado, un pasado que intuimos es la semilla del fanatismo de sus actos, en su lucha sin cuartel contra las fuerzas del mal. Michael J. Basett, incomprensiblemente, decide poner fin a esta "laguna" y se lanza a contarnos sin ninguna necesidad porqué Solomon Kane se lia a espadazos contra demonios y hechiceros, en una Inglaterra que no sabemos muy bien si es Mordor o efectivamente, la albión del siglo XVI, gracias al afán por ensuciar escenarios, vestiduras, personas y figurantes, en una de las direcciones artísticas más torpes que he visto en mucho tiempo.
El guión, que firma el propio director, ligeramente inspirado en escenas dispersas de los relatos cortos del personaje, es un batiburrillo de escenas inconexas, previsibles, con antagonistas que aparecen brevemente y mal, que remata con un climax que no consigue dar el do de pecho.
El reparto hace lo que puede, destacando el gran Max Von Sidow en el papel de padre de Solomon (que ya apareció por cierto en el Conan de Milius con un papel no muy distinto a este) y James Purefoy, que protagoniza la cinta con algún que otro mohín de hombre sufrido. Tambien anda por ahi Pete Postlethwaite, que siempre luce.
En fin, un producto de serie B que, aunque termina entreteniendo, nunca mereció el bueno de Solomon Kane. Con este precedente, tiemblo solo de pensar en lo que nos espera con la Red Sonja de Robert Rodriguez o la adaptación de las aventuras de Bran Mak Morn, que aún no cuenta con director.