lunes, 12 de octubre de 2009

Críticas de cine: Ágora, de Alejandro Amenabar (2009).

TITULO ORIGINAL : Ágora
AÑO: 2009
DURACIÓN: 126 min.
PAÍS: España
DIRECTOR: Alejandro Amenábar
GUIÓN: Alejandro Amenábar, Mateo Gil
MÚSICA: Dario Marianelli
FOTOGRAFÍA: Xavi Giménez
REPARTO: Rachel Weisz, Max Minghella, Ashraf Barhom, Oscar Isaac, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Homayoun Ershadi, Richard Durden, Sami Samir, Manuel Cauchi, Homayoun Ershadi, Oshri Cohen
WEB: http://agorathemovie.com/

Valoración: 9.

No creo que nadie a estas alturas se atreviera a cuestionar el talento que Alejandro Amenabar tiene tras las cámaras, ya sea inquietándonos con Tesis, asustandónos con Los Otros o aleccionándonos con Mar Adentro sobre la libertad individual de morir. En Ágora, aunque con el disfraz de una superproducción, Amenabar firma la que podría ser una de sus películas más intímistas, arriesgadas, comprometidas y extremas de toda su carrera.

Hipatia, filósofa, matemática y astronóma, vivió en Alejandria a mediados del siglo IV D.C y fué miembro y líder de la escuela neoplátonica de Alejandria. Siendo la primera matemática de la que se tiene constancia histórica, murió a manos de una turba de cristianos en la primera década del siglo V, cuando en la ciudad egipcia se libraba una batalla de poder entre el floreciente cristianismo, el patriarcado alejandrino y una Roma que iba declinando poco a poco.

Se ha dicho que Ágora no emociona, pero si lo hace en los momentos en que quiere el director, que no son, desde luego, los que esperaría el público, algo que en mi opinión dice mucho de su honestidad para consigo mismo y deja ver claramente hasta que punto es ya libre creativamente en sus producciones, por no hablar de, como ya dije más arriba, la valentía de su propuesta.

Amenabar hace de Ágora una declaración de amor incondicional a Hipatia y por ende, a la ciencia que esta representa y por otro lado, escupe sin compasión a cuanta religión haya sido o es sobre la tierra y a las políticas que bajo su amparo se han llevado a cabo. De esto, y no de otro tema, trata Ágora.

Los planos cenitales que pueblan toda la cinta (impresionante el asalto de la bibllioteca por parte de los cristianos, a los que muestra como una nube de insectos infectos) o los planos desde el espacio del planeta tierra, nos intentan hacer ver qué miserables, cruéles, inútiles y animales son nuestras estúpidas luchas terrenas, en contraposición con la quietud y la maravilla del universo.

Cuando Hipatia especula con las órbitas del sistema solar, el director presta toda su atención, mimando al personaje, emocionándose con ella ante la posibilidad de desentrañar otro enigma cósmico. Paradójicamente, es en la ciencia y en el pensamiento racional dónde el hombre se hace realmente libre y se acerca a la perfección que representa la idea de dios, algo que Amenabar, encomiablemente, nos intenta hacer ver una y otra vez en Ágora.

En los momentos en que la cámara enfoca la Alejandria mundana y deja de mirar las estrellas, nos muestra, en mi opinión muy brillantemente, hasta que punto se prostituyen las creencias, como se alian con la política y cómo la mentira y la manipulación son poderosas herramientas en los estómagos vacíos.

Amparados por un guión muy robusto, la labor de los actores brilla a gran altura. Rachel Weisz, tan guapa como buena actriz, compone una Hipatia excepcional. Tal y como, muy problabemente, hizo la filósofa real, dedica la vida a la ciencia, ajena a las luchas que la rodean o los pretendientes que la acechan, siempre por encima de sus semejantes, blanca y pura entre la multitud. Max Minguella y Oscar Isaac, sus réplicas masculinas en esta película, interpretan con solvencia a dos hombres enamorados de la filósofa, incapaces a su vez de alcanzarla, presas ambos de sus propias miserias y vencidos de antemano por el cosmos, que es el verdadero amor de Hipatia. Todos los personajes de esta película tienen meridianamente clara su motivación y actuan conforme a ella hasta su conclusión.

Por último, cabe destacar la extraordinaria puesta en escena de la película, desde la ambientación, el diseño artístico, el sorprendente vestuario, la verosimilitud de cuánto se muestra en pantalla y el brio de las escenas de acción.

En definitiva, una grandísima película de este talentoso director, que sin embargo, no llegará, me temo, a los corazones del gran público, pues donde esperaban amores imposibles, vieron en cambio, tal vez sin comprender, la emoción incomensurable que hay en las estrellas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

"Paradójicamente, es en la ciencia y en el pensamiento racional dónde el hombre se hace realmente libre y se acerca a la perfección que representa la idea de dios..."

Oye, perdona, ¿tú dudas de estos dogmas, como se ufana Hipatia de hacer en la película?
Es que me parece tu crítica muy "acrítica", consabida, impersonal y aprendida al dictado como un catecismo, no sé...

ANRO dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo Anchiano y también estoy de acuerdo en que esta peli, desgraciadamente, va a ser un "fracaso" en la carrera de Amenábar.
Es muy comprensible que el mercado americano no esté muy decidido a comprar el producto....lógico, aquí los malos son los cristianos y con la iglesia no se juega.
Es una pena que el público, en general, vaya a una película espectáculo, cuando se trata una peli para pensar muy seriamente acerca de la condición humana.
Un abrazote.

Anchiano dijo...

Anónimo: ¿qué dogmas? ¿Qué catecismos? ¿Que dictado? ¿Aprendido de quien? Católico, ¿verdad? Un saludo.

Anchiano dijo...

ANRO, a las pruebas me remito. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Si crees que con la iglesia no se juega, prueba con estos:

http://www.abc.es/20091011/internacional-internacional/ocasiones-asesinato-causa-justa-20091011.html

Anónimo dijo...

"Católico, ¿verdad?"


Desde luego, yo no soy tonto (como el del anuncio). Pero a veces dudo (como la Hipatia de Amenábar, y como todo ser que se sirve de la razón, regalo de Dios). En fin, no lo entenderías...

Anchiano © 2008 Template by:
SkinCorner