viernes, 11 de abril de 2008

Críticas literarias: "Dersu Uzala" de Vladimir Arseniev.

Los habituales del blog habreis leido ya mi crítica de la película del mismo nombre dirigida por el gran Akira Kurosawa, del que muy pronto hablaré de nuevo con la crítica de "Rashomon", la obra que le dió a conocer internacionalmente y por la que obtuvo el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en la ceremonía de los premios de la academia del año 1951. Pero no es momento de hablar de cine, sino de literatura. De literatura de viajes.

Vladimir Arseniev (1872-1930), capitán del ejército ruso, viajero, aventurero y explorador, recorrió las tierras del Ussuri siberiano por ordenes del Zar con el objeto de cartografiar toda la zona y recibir de este modo información de primera mano sobre un territorio que para las autoridades rusas de la época era objetivo de colonización.

Vladimir Arseniev (1872-1930)

Estos trabajos se realizaron en tres expediciones practicamene consecutivas, desde el año 1902 al 1908, en el transcurso de los cuales conoció al viejo cazador Dersu Uzala de la tribu nanai o hezhen (o gold, como se la denomina en el libro), una minoría etníca que vive entre siberia y la zona norte más extrema de China.

Dersu Uzala.

Entre ambos hombres nace una fuerte amistad que se mantiene a lo largo de los años, que junto al amor de ambos por la naturaleza, son la columna vertebral del libro.

Arseniev, con buena mano para la literatura y una capacidad de observación prodigiosa, nos narra sus viajes con los ojos del aventurero, del cazador y del cartografiador y científico, pero tambien con la mirada del poeta que sin duda llevaba dentro. Debió de ser, no me cabe duda, un hombre de un gran corazón, de mente clara y muy abierta que jamás miraba a nadie por encima del hombro, respetuoso de las costumbres ajenas y sobre todo un excelente profesional.

Arseniev, Dersu Uzala y la compañía de kozakos.

A traves de él, conocemos al indígena Dersu, que es un hijo de la taiga, mimetizado de manera asombrosa con el entorno, conocedor de cada entresijo del bosque, explorador milagroso, que trata de igual a igual tanto al jabalí, a la hormiga, al sol o al viento, como una suerte de San Francisco de Asís del este helado, puro de corazón e ingenuo cuando se trata de rastrear la maldad o de llegar al corazón de los hombres.

Entre los dos amigos, a los que les une la pasión por la caza y a través de las descripciones de Arseniev, conocemos la región del Ussuri y sus gentes así como el dibujo geopolítico de la zona, en la que los "Viejos creyentes" (una especie de cuaqueros rusos perseguidos por la iglesia ortodoxa) sobrevivían a duras penas entre cazadores, buscadores de Yin-sen y bandidos chinos y coreanos.

Este es un libro ecologísta, pero no de la forma hipocríta y snob en que esstá planteada la ecología hoy en día, donde personas de todo el mundo con ropas impolutas agitan pancartas y se encadenan en los parques sin haber pasado una sola noche de sus vidas durmiendo al raso o acechando a un ciervo en el bosque carabina en mano. De hecho, tanto Arseniev como Dersu disparan a todo lo que se mueve, pero al mismo tiempo, son conscientes de la importancia de preservar el entorno y se manchan con la tierra, se mojan con la lluvia y se hielan con el frio.
Esto me hace pensar en las tardes pasadas en la finca de Teodoro, padre de mi mejor amigo, hombre cazador y pausado y la actitud que le observaba en el campo.

Un libro altamente recomendable al que Akira Kurosawa replicó como cinematográficamene se merecía.

1 comentarios:

Toshiro Kurosawa dijo...

Maravilloso libro, maravillosa película, gracias por la reflexión.

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